viernes, 22 de marzo de 2024

 HOY 21 DE MARZO CONMEMORAMOS EL DÍA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA


Hoy nos reunimos para conmemorar el inicio de uno de los más tristes y oscuros eventos que nuestro país sufrió. Hoy nos reunimos para conmemorar aquel golpe cívico-militar que comenzó un 24 de marzo de 1976. Nos reunimos para recordar, con una memoria que es acción, acción que busca ser transformadora.

Nos reunimos para recordar que hace 48 años se instaló en nuestro país una dictadura militar que, desde el terrorismo de estado desató un plan sistemático de exterminio. Un plan que fue parte de un proyecto político, económico y social que buscaba cambiar la estructura política y social de nuestro país aniquilando toda expresión organizada o no, que pudiera oponerse a esos objetivos. Un golpe de estado militar, que fue parte de un programa sistemático, impuesto en toda América Latina.

            ¿Pero, qué es un golpe de estado? Técnicamente, es la toma del poder por la fuerza, y no mediante el voto popular como en la actualidad sucede.  Es la instauración de un régimen dictatorial, donde se suspenden los derechos y las garantías constitucionales.

            En lo vivencial, la dictadura fue la cara misma del terror. En nuestro país, se persiguieron, se secuestraron, se torturaron y se desaparecieron personas. Decenas de miles de personas. Decenas de miles de personas, adultos, jóvenes y niños, que, aun hoy, continúan desaparecidas.   Personas que eran trabajadores, trabajadoras, madres, padres, hijos, estudiantes, artistas, científicos, periodistas, militantes sociales y populares, docentes. “Enemigos de la Nación” los llamaron. En nuestro país, se violaron sistemáticamente los Derechos Humanos, los cuales estaban garantizados.

Durante la última dictadura militar, se instalaron casi 600 centros clandestinos de detención y exterminio, núcleos centrales del accionar represivo. Militantes políticos, gremialistas, estudiantes, dirigentes sociales, obreros, fueron arrancados de sus casas, de sus lugares de trabajo o estudio o en la vía pública por pensar diferente y luchar contra la injusticia. Sembraron el terror en cada barrio. Rompieron vínculos sociales, redes de solidaridad, organizaciones obreras, sindicales, estudiantiles, barriales…

            Durante la última dictadura militar, se censuraron medios de comunicación, se suspendieron los derechos de los trabajadores, se disolvió el Congreso y los partidos políticos. Se destituyó a la Corte Suprema de Justicia, se ordenó el corte de pelo a los hombres, se suspendió la vigencia del Estatuto Docente. Se prohibieron las huelgas, se intervinieron los sindicatos, se prohibió la actividad política. Se prohibieron expresiones artísticas como canciones, obras de teatro, cuentos o películas. Se prohibieron y quemaron centenares de libros, incluso libros infantiles.  Se prohibieron también las reuniones de tono político, la libre circulación, la libertad de expresión.

¿Por qué? Porque a partir de la cultura, del conocimiento y del hacer con otros, se pueden imaginar hombres nuevos en mundos nuevos, donde las desigualdades y las injusticias no existan. Y cuando uno conoce, sueña e imagina nuevos mundos con nuevos hombres y mujeres, puede juntarse, trabajar y luchar por construirlos.

Por eso, hoy a 48 años del inicio de aquella oscura noche en la que nuestra sociedad estuvo hundida, conmemoramos el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

¿Por qué Memoria? Porque si olvidamos, podemos volver a ese lugar. Recordar implica mantener vivo lo ocurrido y saber que aun hoy, pagamos sus consecuencias. Mantener una memoria activa, nos va a permitir defender nuestra democracia, ampliarla e impulsar el coraje de cada uno de los habitantes de Nuestra América a no ser nunca más avasallados por aterradores generales apañados por los intereses que maneja la riqueza.

¿Por qué Verdad? Hoy, a 48 años del inicio de aquella sangrienta dictadura, hay más de 400 jóvenes, que aún no conocen su verdadera identidad. Jóvenes que nacieron en cautiverio, fueron robados a sus madres y entregados a nuevas familias de apropiadores, que decidieron decirles que su vida y sus orígenes son unos que no son los verdaderos. Como sociedad, tenemos que exigir que se sepa la verdad, que esos jóvenes puedan recobrar su identidad. También, debemos exigir que se sepa dónde están los desaparecidos. Y como sociedad, debemos exigir saber quiénes fueron los cómplices políticos y económicos de aquel golpe. ¿Para qué? Para que, definitivamente, se haga Justicia.

Hoy, a 48 años del inicio del último golpe militar en la República Argentina, debemos, por los 30.000 desaparecidos, por los 500 niños robados, y por nuestra sociedad toda, Recordar, buscar la Verdad y exigir que,  se haga Justicia.
¿Para qué? Para que definitivamente, podamos decir NUNCA MÁS.